A pesar del uso de tecnología de vanguardia y la investigación en curso, la capacidad de predecir exactamente cuándo un volcán entrará en erupción todavía no es perfecta. Varias técnicas que se han desarrollado incluyen el monitoreo por satélite, la medición de la actividad sísmica y del gas a nivel del suelo, la observación de los cambios y las deformidades en la corteza terrestre y el análisis hidrológico. Cada una de estas técnicas requiere un instrumento diferente para controlar la actividad volcánica. Comprender cómo se comportan los volcanes y predecir posibles erupciones mejora la seguridad pública.
Satélites
Los satélites en órbita monitorean volcanes desde el espacio, proporcionando información vital y signos de posible erupción. Los satélites usan cámaras para proporcionar imágenes y fotos. También proporcionan información de sensores especiales que pueden detectar calor, dióxido de azufre e incluso pequeños cambios en la forma de la superficie de la Tierra. Toda esta información puede ofrecer pistas sobre si una erupción es inminente.
Sismógrafos
Los sismógrafos miden el movimiento en la corteza del planeta. Las erupciones volcánicas están estrechamente relacionadas con las actividades sísmicas que también causan terremotos y temblores, por lo que los sismógrafos también se utilizan a menudo para controlar los volcanes. A medida que las placas tectónicas raspan y se deslizan una contra la otra o se separan, causan vibraciones y tensión. Una lectura sísmica violenta es a menudo un precursor de una erupción cuando ocurre cerca de un volcán.
Inclinadores
Al igual que los niveles de los espíritus, los inclinómetros se colocan sobre y alrededor de un volcán. Un pequeño recipiente de líquido muestra cuánto se mueve el suelo. Los tiltmeters están conectados a computadoras que monitorean los cambios continuos en el paisaje. Los cambios en el paisaje y las deformaciones a nivel del suelo a menudo son predictores de actividad volcánica. Los movimientos de magma debajo del suelo pueden causar abultamientos visibles y huecos en la forma. Estos cambios ofrecen pistas vitales sobre la actividad volcánica bajo tierra.
Instrumentos de Hidrología
La hidrología es el estudio de los flujos de agua y las aguas subterráneas. Los hidrólogos utilizan sensores de presión, detectores de agua, mapas y a simple vista para recopilar datos. Medir la hidrología en los volcanes tiene dos propósitos. El monitoreo de los cambios en el agua puede proporcionar pistas sobre la actividad de un volcán. Un cambio repentino podría predecir una erupción volcánica. Los hidrólogos también identifican los caminos que toma el agua a medida que fluye por el lado de un volcán. Comprender cómo fluye el agua puede ayudarnos a entender cómo puede fluir la lava. Esto puede ayudar a los servicios de emergencia a decidir dónde y cuándo evacuar si ocurre una erupción.
Botellas de reventado de gases
Los volcanes emiten gases, por lo que la medición de emisiones de gases alrededor de los volcanes también puede proporcionar información útil eso podría indicar una erupción en construcción. Los instrumentos utilizados para hacer esto generalmente son botellas atrapadas en las que el aire local se bombea a contenedores y luego se analiza en un laboratorio. A medida que el magma se mueve hacia la superficie de la tierra, la presión libera gas. Los dos gases más abundantes son el dióxido de azufre y el dióxido de carbono, y si los niveles de estos gases aumentan, se observa que el magma está subiendo a la superficie y es más probable que ocurra una erupción.