Combustibles fósiles:
* carbón: El combustible más común para las centrales eléctricas en todo el mundo, pero es un importante contribuyente a la contaminación del aire y al cambio climático.
* Gas natural: Un combustible más limpio en llamas que el carbón, pero aún produce gases de efecto invernadero. Se está volviendo cada vez más popular para la generación de energía.
* Aceite: Menos común para la generación de energía, pero aún se usa en algunas plantas, especialmente en las más pequeñas.
Combustibles renovables:
* biomasa: La quema de madera, los desechos agrícolas y otros materiales orgánicos pueden generar electricidad. Esto se considera renovable siempre que la biomasa se coseche de manera sostenible.
* geotérmico: El calor del núcleo de la Tierra se usa para generar vapor, lo que impulsa las turbinas para producir electricidad. Esta es una fuente limpia y renovable.
Otros combustibles:
* nuclear: Las centrales nucleares utilizan la fisión nuclear para generar electricidad. Esta es una fuente de baja emisión, pero viene con preocupaciones sobre los desechos radiactivos y la seguridad.
El combustible específico utilizado en una central eléctrica depende de una variedad de factores, que incluyen:
* Costo de combustible: El carbón es típicamente el más barato, mientras que el gas natural y la nuclear son más caros.
* Regulaciones ambientales: Las centrales eléctricas están sujetas a límites de emisión cada vez más estrictos, que favorecen los combustibles más limpios como el gas natural y las energías renovables.
* Disponibilidad de recursos: El tipo de combustible disponible en una región particular puede influir en la elección de combustible para la generación de energía.
En conclusión, no hay una respuesta única a qué combustible se quema en una central eléctrica. La respuesta depende de la central eléctrica específica y los factores mencionados anteriormente.