He aquí por qué esto es crucial:
* La luz no es directamente medible: La luz en sí es una forma de radiación electromagnética. Si bien podemos ver la luz, no podemos medir directamente su cantidad o intensidad simplemente mirándola.
* Los radiómetros necesitan una respuesta: Para cuantificar la luz, los radios deben poder reaccionar ante la luz entrante. La absorción es el mecanismo clave para esta reacción.
* Conversión a una señal medible: Cuando el sensor de un radiómetro absorbe la luz, causa un cambio. Este cambio puede ser:
* Aumento de la temperatura: Algunos radios usan el calor generado por la luz absorbida para medir su intensidad (como un bolómetro).
* Corriente eléctrica: Otros radios usan el efecto fotoeléctrico, donde la luz absorbida hace que se liberen electrones, creando una corriente medible.
* Cambio químico: Algunos radios dependen de una reacción química activada por la absorción de la luz.
En esencia, el acto de absorción permite que el radiómetro traduzca la luz en una señal que se puede detectar y analizar, proporcionando datos cuantitativos sobre la intensidad de la luz, la longitud de onda u otras propiedades.