1. Energía de fotón: La energía de un fotón es directamente proporcional a su frecuencia (e =hν, donde H es la constante de Planck). Cuando un fotón ataca una superficie de metal, puede transferir su energía a un electrón.
2. Función de trabajo: Cada metal tiene una función de trabajo específica (φ), que es la cantidad mínima de energía requerida para eliminar un electrón de su superficie. Esta energía se utiliza para superar la atracción electrostática entre el electrón y el metal.
3. Excesivo de energía: Si la energía del fotón (Hν) es mayor que la función de trabajo (φ), el exceso de energía (Hν - φ) se convierte en energía cinética (KE) del electrón emitido.
4. Distribución de energía: No todos los electrones en el metal están en el mismo nivel de energía. Algunos electrones tienen energías más altas que otros. Cuando un fotón golpea el metal, puede interactuar con diferentes electrones, dándoles cantidades variables de energía cinética.
5. Energía cinética máxima: La energía cinética máxima de un electrón emitido ocurre cuando el fotón transfiere toda su energía al electrón, sin dejar energía para la función de trabajo. Esto sucede cuando la energía del fotón es igual a la función de trabajo más la energía cinética máxima:
* hν =φ + ke_max
Por lo tanto, la energía cinética de los electrones emitidos varía de cero a un valor máximo, dependiendo de cuánta energía tiene el fotón y cuánta energía se requiere para superar la función de trabajo.
En resumen:
* La energía cinética de los electrones emitidos está determinada por la energía del fotón y la función de trabajo del metal.
* Los electrones con niveles de energía iniciales más altos dentro del metal recibirán más energía cinética cuando lo golpeen un fotón.
* La energía cinética máxima se logra cuando toda la energía del fotón se transfiere a un electrón después de superar la función de trabajo.