1. átomos inestables: Los combustibles nucleares, como el uranio, contienen átomos con núcleos inestables. Estos núcleos están constantemente vibrando y tienen una energía de alta potencial.
2. Bombardeo de neutrones: Cuando un neutrón golpea un núcleo inestable (como el uranio-235), hace que el núcleo se divida en dos núcleos más pequeños, llamados productos de fisión.
3. Liberación de energía: Este proceso de división, fisión, libera una enorme cantidad de energía en forma de calor y radiación. Esta energía es mucho mayor que la energía liberada en las reacciones químicas.
4. Reacción en cadena: El proceso de fisión también libera más neutrones. Estos neutrones pueden pasar a atacar otros núcleos inestables, lo que hace que se dividan y liberen aún más energía, creando una reacción en cadena.
5. Reacción en cadena controlada: En un reactor nuclear, esta reacción en cadena se controla cuidadosamente para evitar una explosión fugitiva. El calor liberado se usa para generar vapor, lo que impulsa turbinas para producir electricidad.
En esencia, el poder de los combustibles nucleares proviene de la conversión de la masa de los átomos inestables en energía, según la famosa ecuación de Einstein e =Mc². Este proceso es mucho más eficiente que la quema de combustibles fósiles, ya que una pequeña cantidad de combustible nuclear puede producir una gran cantidad de energía.