1. Organismos muertos: Los descomponedores se alimentan de organismos muertos, como hojas caídas, animales muertos o desechos de animales.
2. Digestión extracelular: Los descomponedores liberan enzimas fuera de sus cuerpos sobre el material muerto. Estas enzimas descomponen moléculas complejas como carbohidratos, proteínas y grasas en moléculas más simples.
3. Absorción: Las moléculas más simples se absorben en el cuerpo del descompositor.
4. Respiración celular: Los nutrientes absorbidos se usan en la respiración celular para generar energía (ATP).
En resumen: Los descomponedores descomponen organismos muertos en moléculas más pequeñas que pueden absorber y usar para producir energía para su propio crecimiento y reproducción. Son cruciales en los ecosistemas porque reciclan nutrientes al medio ambiente, lo que los hace disponibles para que otros organismos los usen.