1. Fotosíntesis:
* Las plantas, las algas y algunas bacterias usan la luz solar para convertir el dióxido de carbono y el agua en azúcares (energía) a través de la fotosíntesis. Este proceso almacena la energía del sol en los enlaces químicos de estos azúcares.
2. Acumulación de materia orgánica:
* Cuando estos organismos mueren, sus restos se acumulan en entornos con oxígeno limitado, como pantanos, pantanos y pisos oceánicos. Esto les impide descomponer completamente. Con el tiempo, se acumulan capas de sedimentos, enterrando la materia orgánica.
3. Calor y presión:
* El peso del sedimento suprayacente y el calor del interior de la tierra transforman la materia orgánica enterrada. El calor y la presión descomponen las moléculas complejas de la materia orgánica en moléculas más simples, formando hidrocarburos (como metano, propano y butano) y otros compuestos orgánicos.
4. Formación de combustibles fósiles:
* Los hidrocarburos y otros compuestos orgánicos se acumulan durante millones de años, y finalmente forman los combustibles fósiles que usamos hoy:
* carbón: Formado principalmente a partir de la materia vegetal antigua.
* petróleo y gas natural: Formado principalmente a partir de organismos marinos antiguos.
En esencia, la energía del sol es capturada por las plantas a través de la fotosíntesis y se almacena dentro de su estructura. Esta energía, junto con los procesos de entierro, calor y presión, finalmente se transforma en la energía almacenada en los combustibles fósiles.
Es importante recordar: Los combustibles fósiles son un recurso no renovable, lo que significa que tardan millones de años en formarse y se consumen mucho más rápido de lo que se reponen. Por lo tanto, es crucial para la transición a fuentes de energía renovables para garantizar un futuro sostenible.