1. Radiación solar y viento: La radiación del sol calienta la superficie de la tierra de manera desigual. Esto crea diferencias de temperatura, que a su vez impulsan los vientos.
2. Viento y ondas: Los vientos que soplan a través de la superficie del océano transfieren energía al agua, causando que se formen olas. Cuanto más fuerte es el viento, más grande y más enérgico son las olas.
3. Energía de onda: La energía contenida dentro de estas ondas es aprovechada por los convertidores de energía de las olas, convirtiendo el movimiento de arriba y hacia abajo de las olas en electricidad.
En esencia, la energía del sol conduce el viento, y el viento crea las olas, que luego se convierten en la fuente de energía de las olas.