1. Aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero:
* dióxido de carbono (CO2): El gas de efecto invernadero principal liberado de los combustibles fósiles en llamas. El CO2 atrapa el calor en la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global. Las concentraciones han aumentado significativamente desde la revolución industrial, superando las 400 partes por millón (PPM) en 2015, un nivel no visto en millones de años.
* metano (CH4): Otro potente gas de efecto invernadero liberado de la extracción de combustibles fósiles y la quema. Atrapan aún más calor que CO2 durante un período más corto. Las emisiones de metano también han aumentado, alcanzando niveles no vistos en más de 800,000 años.
* óxido nitroso (N2O): Un gas de efecto invernadero de larga vida emitido por la combustión de combustibles fósiles y las prácticas agrícolas. Contribuye tanto al calentamiento global como al agotamiento de ozono.
2. Contaminación del aire:
* Materia partícula (PM): La quema de combustibles fósiles libera pequeñas partículas en el aire que pueden inhalarse profundamente en los pulmones, causando problemas respiratorios y contribuyendo a una enfermedad cardíaca. PM también puede reducir la visibilidad y el clima de impacto.
* Dióxido de azufre (SO2): La quema de combustible fósil libera SO2, lo que contribuye a la lluvia ácida, los problemas respiratorios y el daño a los ecosistemas. También puede formar aerosoles que reflejan la luz solar, enfriando la atmósfera.
* óxidos de nitrógeno (NOX): Estos contaminantes contribuyen a la lluvia ácida, la lluvia ácida y los problemas respiratorios. También reaccionan con otros contaminantes para formar ozono, lo que puede dañar los cultivos y los bosques.
3. Cambios en la composición atmosférica:
* oxígeno (O2): La quema de combustibles fósiles agotan el oxígeno en la atmósfera a medida que reacciona con el carbono para formar dióxido de carbono. Sin embargo, el cambio en la concentración de oxígeno es relativamente pequeño en comparación con otros efectos.
* Otros gases: La quema de combustibles fósiles también libera otros gases en la atmósfera, incluido el monóxido de carbono, los compuestos orgánicos volátiles y los metales pesados. Estos gases pueden tener varios impactos en la salud humana y el medio ambiente.
Consecuencias:
Estos cambios en la composición atmosférica tienen profundas consecuencias para el planeta, que incluyen:
* Calentamiento global: El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero está causando que la temperatura promedio de la Tierra aumente, lo que lleva a eventos meteorológicos más extremos, aumento del nivel del mar y glaciares derretidos.
* Cambio climático: La atmósfera de calentamiento interrumpe los patrones climáticos y puede causar sequías, inundaciones, olas de calor y tormentas más frecuentes e intensas.
* Contaminación del aire: La liberación de contaminantes de la quema de combustibles fósiles causa problemas respiratorios, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud, especialmente en áreas urbanas.
* Acidificación del océano: El aumento del CO2 en la atmósfera es absorbido por los océanos, lo que los hace más ácidos. Esto puede dañar la vida marina, particularmente los arrecifes de coral.
Mitigación:
Para abordar estos problemas, es necesario reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y la transición a fuentes de energía más limpias, como energía solar, eólica y geotérmica. La eficiencia energética mejorada y las prácticas sostenibles también pueden ayudar a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.