1. Photosíntesis: Hace millones de años, las plantas antiguas usaban la luz solar para realizar la fotosíntesis. Este proceso convierte el dióxido de carbono (CO2) y el agua (H2O) en azúcares (moléculas ricas en energía) y oxígeno (O2).
2. Formación de carbón: Con el tiempo, estas plantas murieron y fueron enterradas bajo capas de sedimento. Bajo presión y calor, se transformaron en carbón, un combustible fósil. La energía originalmente almacenada en esas plantas como azúcares ahora se almacena en los enlaces químicos del carbón.
3. carbón ardiente: Cuando quemamos carbón, estamos rompiendo esos enlaces químicos, liberando la energía almacenada en forma de calor y luz.
En esencia, la energía en el carbón es la antigua luz solar atrapada en forma de enlaces químicos. Cuando lo quemamos, esencialmente estamos lanzando esa energía solar de larga data.