fuentes naturales:
* luz solar: La fuente de luz más obvia, las personas utilizarían las horas del día tanto como sea posible para las tareas y actividades.
* Fuego: Esta fue la fuente de luz artificial más común, utilizando madera, carbón u otros materiales para crear una llama.
* Vela: Hecho de cera (cera de abejas, sebo o espermaceti posterior), las velas proporcionaron una fuente de luz relativamente limpia y portátil.
* Lámparas de aceite: Estas lámparas usaron varios aceites (aceite de oliva, aceite de ballena, aceites vegetales) para alimentar una mecha, ofreciendo una llama más brillante y duradera que las velas.
* antorchas: Los paquetes de materiales inflamables (madera, tela empapada en aceite) proporcionaron ráfagas rápidas de luz, a menudo para señalización o uso al aire libre.
Otros métodos:
* Fireflies: En algunas culturas, las luciérnagas fueron capturadas y mantenidas en contenedores para proporcionar una luz tenue y parpadeante.
* Materiales fosforescentes: Ciertos materiales, como gusanos brillantes, o algunos minerales como las sales fosforescentes, podrían emitir una luz tenue. Estos se usaron para fines decorativos o en algunas herramientas de navegación.
* Reflexión: Las personas a veces usaban materiales reflectantes como el metal pulido para reflejar la luz solar o la luz de fuego, creando una fuente más brillante.
Nota importante:
La calidad e intensidad de la luz disponible en la era de la preelectricidad fue significativamente menor de lo que disfrutamos hoy. Estas fuentes de luz a menudo producían riesgos de humo, olor y fuego, y eran relativamente tenues, limitando las actividades nocturnas.
La invención de la bombilla incandescente a fines del siglo XIX marcó una revolución en la iluminación, proporcionando una fuente de luz segura, más brillante y más eficiente que cambió drásticamente la forma en que las personas vivían y trabajaban.