1. Bajas emisiones de gases de efecto invernadero: Las centrales nucleares no producen dióxido de carbono u otros gases de efecto invernadero durante la operación. Esto los convierte en una herramienta valiosa en la lucha contra el cambio climático.
2. Salida de alta energía: Las centrales nucleares son extremadamente eficientes, produciendo una gran cantidad de electricidad a partir de una cantidad relativamente pequeña de combustible. Esto los convierte en una fuente de energía confiable y consistente.