He aquí por qué:
* Fisión nuclear: Las centrales nucleares generan electricidad a través de la fisión nuclear, un proceso donde los átomos de uranio se dividen, liberando energía en forma de calor. Este calor se usa para producir vapor, lo que impulsa turbinas para generar electricidad.
* Sin combustión: A diferencia de las centrales de energía de combustible fósil, las centrales nucleares no implican combustión de combustible, que es la fuente principal de emisiones de CO2.
Sin embargo, hay algunas emisiones indirectas asociadas con la energía nuclear:
* Minería y procesamiento de uranio: Extraer mineral de uranio y procesarlo en gránulos de combustible para reactores genera emisiones de CO2.
* Construcción y desmantelamiento: Construir una planta de energía nuclear y eventualmente desmantelarla también implica emisiones de CO2 asociadas con la producción de materiales, el transporte y los procesos de construcción.
En general, las emisiones de CO2 de todo el ciclo de combustible nuclear (desde la minería hasta el desmantelamiento) son significativamente más bajas que las de los combustibles fósiles. Esto hace que la energía nuclear sea una fuente de energía baja en carbono y un posible contribuyente a mitigar el cambio climático.
Es importante tener en cuenta que:
* El uso de la energía nuclear viene con otros desafíos, como la eliminación segura de los desechos radiactivos y el riesgo de accidentes.
* La percepción pública y las preocupaciones sobre la energía nuclear también son factores significativos a considerar.
Por lo tanto, si bien la energía nuclear es una fuente de electricidad baja en carbono, no está completamente libre de impactos ambientales. Es crucial sopesar estos factores junto con sus beneficios para tomar decisiones informadas sobre las políticas y tecnologías energéticas.