En cambio, los virus dependen completamente de la célula huésped por energía. Una vez que un virus infecta una célula, se hace cargo de la maquinaria celular del huésped para replicarse. Esto incluye el uso de las fuentes de energía del host para alimentar sus propios procesos de replicación y ensamblaje.
En esencia, los virus son como parásitos que roban energía y recursos de sus células huésped para sobrevivir y reproducirse.