La atmósfera no absorbe gran parte de la energía directamente del sol. Más bien, la superficie de la Tierra y los océanos absorben la mayor parte de la energía del sol y luego la liberan a la atmósfera. La función principal de la atmósfera en la transferencia de energía del sol es transportar esta energía desde la superficie a las capas superiores de la atmósfera mediante convección, circulación y radiación.