Además de tener un elevado número de electrones libres, el hierro también es un metal relativamente puro. Esto significa que hay pocas impurezas en el metal que puedan bloquear el flujo de electricidad. La pureza de un metal es importante para su conductividad eléctrica porque las impurezas pueden actuar como barreras al flujo de electrones.
La combinación de una gran cantidad de electrones libres y una pureza relativamente alta hace que el hierro sea un buen conductor de electricidad. Es por eso que el hierro se utiliza en una variedad de aplicaciones eléctricas, como líneas eléctricas, transformadores y motores.