El cambio climático no es un recurso renovable ni no renovable. Se refiere a los cambios significativos y de largo plazo en los patrones climáticos globales, las temperaturas promedio y las condiciones oceánicas impulsados principalmente por las actividades humanas, en particular la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Por lo tanto, el cambio climático en sí no es un recurso sino el resultado de las interacciones entre diversos factores ambientales y las acciones humanas.