En el caso de las ondas mecánicas, la energía se transfiere mediante el movimiento físico de las partículas en el medio. Por ejemplo, cuando una onda sonora viaja por el aire, las partículas de aire vibran hacia adelante y hacia atrás, transfiriendo la energía de la onda. En el caso de las ondas electromagnéticas, la energía se transfiere mediante campos eléctricos y magnéticos oscilantes. Por ejemplo, cuando una onda de luz viaja por el espacio, los campos eléctrico y magnético oscilan, transfiriendo la energía de la onda.
En todos los casos, la cantidad de energía transferida por una onda es proporcional a la amplitud de la onda. Cuanto mayor es la amplitud, más energía se transfiere.