Por otro lado, la energía residual es la porción de energía que se pierde o se disipa durante el proceso de conversión, transmisión o utilización de la energía. Es energía a la que no se le da ningún uso práctico y que a menudo se considera indeseable o dañina. Por ejemplo, cuando se utiliza una bombilla, parte de la energía se pierde en forma de calor, lo que se considera energía desperdiciada. En el motor de un automóvil, la energía desperdiciada se pierde por fricción, gases de escape y otras ineficiencias.
A continuación se muestran algunos ejemplos comunes de energía útil y desperdiciada:
Energía Útil:
- Luz producida por una bombilla cuando se utiliza electricidad.
- Calor generado por un calentador o chimenea para calentar una habitación.
- Movimiento generado por un motor para impulsar un vehículo.
- Electricidad producida por turbinas eólicas o paneles solares para energías renovables.
Energía desperdiciada:
- Calor perdido de un edificio a través de un aislamiento deficiente o ventanas abiertas.
- Fricción y calor generados por los frenos de un vehículo en movimiento.
- Exceso de calor liberado por procesos industriales o centrales eléctricas.
- Energía perdida durante la transmisión eléctrica por resistencias e ineficiencias.
La reducción del desperdicio de energía es un aspecto importante de la eficiencia energética y la sostenibilidad. Al minimizar el desperdicio de energía, podemos maximizar la eficiencia de las fuentes de energía, conservar los recursos naturales, reducir las emisiones de carbono y reducir los costos de energía.