Cuando corres, tu cuerpo produce calor como subproducto de la energía que utiliza. En un día caluroso, la producción de calor será mayor porque su cuerpo debe trabajar más para mantener su temperatura interna. Además, cuando la temperatura del aire es alta, no hay un gradiente de temperatura entre el cuerpo y el ambiente exterior para la transferencia de calor, lo que dificulta aún más que el cuerpo se enfríe. Como resultado, sentirás mucho más calor si corres en un día caluroso.