La energía potencial de una cuerda estirada se almacena en la deformación elástica de la cuerda. Cuando se estira la cuerda, los enlaces entre los átomos o moléculas de la cuerda se estiran y se vuelven más energéticos. Cuando se suelta la cuerda, los enlaces se relajan y liberan su energía en forma de energía cinética.
La energía cinética de la cuerda vibrante se transfiere luego a las moléculas de aire circundantes, haciéndolas vibrar y producir ondas sonoras. La frecuencia de las ondas sonoras está determinada por la longitud y la tensión de la cuerda, mientras que la amplitud de las ondas sonoras está determinada por la cantidad de energía almacenada en la cuerda.