Durante el ejercicio rápido, los músculos no reciben suficiente oxígeno para satisfacer las demandas energéticas de las células. Esto hace que las células cambien al metabolismo anaeróbico, en el que la glucosa se descompone en ácido láctico sin el uso de oxígeno. Este proceso se conoce como fermentación del ácido láctico.
El ácido láctico producido por la fermentación del ácido láctico puede provocar fatiga y dolor muscular. Sin embargo, también puede ser utilizado como fuente de energía por otras células del cuerpo, como el corazón y el hígado.