La energía capturada en la glucosa realmente proviene del sol. Las plantas capturan la luz solar mediante la fotosíntesis y la convierten en energía química almacenada en los enlaces de glucosa. Durante la respiración celular, estos enlaces se rompen y las células liberan y utilizan la energía. Por lo tanto, la energía contenida en la glucosa se remonta en última instancia a la energía del Sol.