Como resultado de sus menores densidades, los gases del GLP tienden a elevarse cuando se liberan a la atmósfera. Esta propiedad puede resultar ventajosa por motivos de seguridad, ya que permite que los gases GLP se disipen rápidamente y reducen el riesgo de acumulación en espacios confinados. Sin embargo, también significa que los gases GLP pueden viajar más fácilmente y potencialmente acumularse en elevaciones más altas o áreas cerradas, lo que puede representar un riesgo de explosión o incendio si no se maneja adecuadamente.
Por estas razones, es importante garantizar una ventilación adecuada y precauciones de seguridad al utilizar gases de calefacción de GLP para evitar posibles peligros.