Mayor densidad energética: Las baterías alcalinas tienen una mayor densidad de energía en comparación con las baterías secas ácidas. Esto significa que pueden almacenar más energía en un espacio más pequeño, lo que da como resultado una mayor duración de la batería.
Menor resistencia interna: Las baterías alcalinas tienen una resistencia interna menor en comparación con las baterías secas ácidas. Esto reduce la cantidad de energía perdida en forma de calor, lo que resulta en un uso más eficiente de la energía de la batería.
Rango de temperatura de funcionamiento más amplio: Las baterías alcalinas pueden funcionar en un rango de temperatura más amplio en comparación con las baterías secas ácidas. Funcionan mejor tanto en condiciones de frío como de calor extremo, lo que los hace adecuados para una variedad de aplicaciones.