A continuación se muestran algunas formas en que los Juegos Olímpicos pueden adaptarse al cambio climático:
- Elija ciudades anfitrionas que sean menos vulnerables al cambio climático: El COI puede considerar factores como el aumento del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos extremos y la escasez de agua al seleccionar las ciudades anfitrionas. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos de verano de 2024 se celebrarán en París, que es una ciudad con un riesgo relativamente bajo de cambio climático.
- Construir infraestructura resiliente al clima: El COI puede exigir a las ciudades anfitrionas que construyan sedes e infraestructuras olímpicas que sean resilientes al cambio climático. Esto incluye el uso de materiales que puedan resistir fenómenos climáticos extremos y la instalación de sistemas para recolectar y reutilizar el agua de lluvia.
- Reducir la huella de carbono de los Juegos Olímpicos: El COI puede trabajar con las ciudades anfitrionas para reducir la huella de carbono de los Juegos Olímpicos mediante el uso de fuentes de energía renovables, la promoción del transporte sostenible y la minimización de los residuos.
- Educar a deportistas y espectadores sobre el cambio climático: El COI puede utilizar los Juegos Olímpicos como plataforma para educar a los atletas, los espectadores y el público en general sobre el cambio climático. Esto se puede hacer a través de programas educativos, exhibiciones y anuncios de servicio público.
Al tomar estas medidas, el COI puede ayudar a los Juegos Olímpicos a sobrevivir a la crisis climática y seguir siendo un símbolo mundial del deporte y la unidad.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de cómo los Juegos Olímpicos ya se han visto afectados por el cambio climático:
- Los Juegos Olímpicos de Verano de 2004 en Atenas, Grecia, se vieron afectados por una ola de calor que alcanzó temperaturas de hasta 104 grados Fahrenheit (40 grados Celsius). Esto causó problemas a los atletas, espectadores y voluntarios, y provocó la reprogramación de varios eventos.
- Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, Rusia, se vieron afectados por la falta de nieve. Esto se debió a una combinación de factores, incluido el aumento de las temperaturas y un cambio en la corriente en chorro. La falta de nieve obligó a los organizadores a realizar cambios en las pistas de esquí y snowboard, y algunos eventos tuvieron que cancelarse por completo.
- Los Juegos Olímpicos de Verano de 2016 en Río de Janeiro, Brasil, se vieron afectados por fuertes lluvias e inundaciones. Esto provocó problemas de transporte y acceso a las sedes olímpicas, y provocó el retraso de varios eventos.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo el cambio climático ya ha afectado a los Juegos Olímpicos. A medida que la crisis climática empeore, los Juegos Olímpicos enfrentarán desafíos aún mayores en el futuro. Sin embargo, al tomar medidas para adaptarse, el COI puede ayudar a que los Juegos Olímpicos sobrevivan y sigan siendo un símbolo mundial del deporte y la unidad.