* Un estudio encontró que la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) subestima las emisiones de metano del ganado entre un 20 % y un 50 %. El metano es un potente gas de efecto invernadero y el ganado es una fuente importante de emisiones de metano.
* Otro estudio encontró que la EPA sobreestima la cantidad de dióxido de carbono absorbido por los bosques y los suelos, que los sumideros compensan algunas de las emisiones de la producción de carne y lácteos. Esto significa que las emisiones netas de GEI procedentes de la producción de carne y lácteos pueden ser superiores a las estimadas actualmente.
* Además, la EPA no incluye las emisiones asociadas con la producción de alimento para ganado en sus estimaciones de emisiones de GEI provenientes de la producción de carne y lácteos. Esto significa que no se tiene en cuenta la huella total de GEI de la carne y los productos lácteos.
Subestimar las emisiones de GEI procedentes de la producción de carne y lácteos podría tener varias implicaciones:
* Podría conducir a políticas climáticas ineficientes. Si las estimaciones de la EPA sobre las emisiones de GEI provenientes de la producción de carne y lácteos son inexactas, entonces los formuladores de políticas podrían estar tomando decisiones que no reduzcan efectivamente las emisiones. Por ejemplo, las autoridades pueden centrarse en reducir las emisiones de otros sectores, como la energía o el transporte, ignorando las importantes emisiones de la producción de carne y lácteos.
* Podría llevar a los consumidores a tomar decisiones sin darse cuenta de que están contribuyendo al cambio climático. Si los consumidores no son conscientes de la huella total de GEI de la carne y los productos lácteos, es posible que tomen decisiones que contribuyan al cambio climático sin darse cuenta. Por ejemplo, los consumidores pueden optar por comer más carne y productos lácteos sin darse cuenta de que estas elecciones contribuyen a las emisiones de GEI.
En general, hay evidencia que sugiere que Estados Unidos puede estar subestimando las emisiones de GEI provenientes de la producción de carne y lácteos. Esto podría tener varias implicaciones, incluidas políticas climáticas ineficientes y que los consumidores tomen decisiones que contribuyan al cambio climático sin darse cuenta.