- La pandemia de COVID-19: La actual pandemia ha cobrado un precio significativo en la salud física y mental de las personas. El estrés de vivir en una pandemia, combinado con las alteraciones de la vida diaria y la pérdida de seres queridos, ha dejado a muchas personas sintiéndose agotadas.
- Incertidumbre económica: Las consecuencias económicas de la pandemia también han contribuido a la fatiga. Muchas personas han perdido sus empleos o han visto reducidos sus ingresos, lo que ha provocado estrés y ansiedad financiera.
- Polarización política: Tanto Estados Unidos como Canadá están experimentando profundas divisiones políticas, lo que puede ser emocionalmente agotador para las personas que tienen fuertes sentimientos hacia las cuestiones políticas.
- Cambio climático: La creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos y la amenaza inminente del cambio climático también están contribuyendo a la fatiga. Muchas personas se sienten impotentes ante estos desafíos globales, lo que puede generar sentimientos de desesperanza y desesperación.
- Mayor demanda de tiempo y energía: En los últimos años, ha habido una tendencia a que las personas trabajen más horas y asuman más responsabilidades. Esto puede provocar agotamiento, que es un estado de agotamiento físico, emocional y mental.
- Redes sociales: Las redes sociales pueden ser una fuente de entretenimiento e información, pero también pueden ser una fuente importante de estrés. Ser bombardeado constantemente con noticias y actualizaciones puede resultar abrumador y puede resultar difícil desconectarse de las redes sociales y relajarse.
Éstas son sólo algunas de las posibles razones por las que la fatiga puede estar afectando a los norteamericanos. Es importante reconocer que la fatiga es un problema real y tomar medidas para abordarlo. Si se siente fatigado, es importante que hable con su médico y realice cambios en su estilo de vida que puedan ayudarlo a mejorar sus niveles de energía.