Para freír alimentos en el espacio, los astronautas utilizan una freidora especializada que contiene una cesta de malla para sujetar los alimentos y evitar que floten. La freidora también cuenta con un control preciso de la temperatura para garantizar que el aceite alcance la temperatura deseada sin sobrecalentarse ni provocar riesgo de incendio.
Sin embargo, freír alimentos en el espacio no es tan sencillo como en la Tierra. Los astronautas deben considerar los recursos limitados y las preocupaciones de seguridad del entorno espacial. Deben minimizar el uso de aceite, evitar que el aceite flote libremente y manipular con cuidado las superficies calientes. Debido a estos desafíos, la fritura rara vez se realiza en el espacio y se reserva principalmente para ocasiones especiales o experimentos para estudiar los efectos de la microgravedad en la cocción.