Específicamente, el estudio encontró que:
* Las personas con ingresos más altos tenían más probabilidades de tener acceso a Internet de alta velocidad y a múltiples dispositivos. Esto les permitió pasar más tiempo en línea y participar en una variedad más amplia de actividades, como transmitir videos, jugar y comprar en línea.
* Las personas con ingresos más altos tenían más probabilidades de utilizar las redes sociales. Era más probable que tuvieran una cuenta de Facebook y la usaran con frecuencia. También eran más propensos a seguir a amigos y familiares en las redes sociales y a compartir sus propios pensamientos y experiencias.
* Las personas con ingresos más altos tenían más probabilidades de realizar compras en línea. Eran más propensos a comprar ropa, productos electrónicos y otros productos en línea. También eran más propensos a utilizar tarjetas de crédito y otras formas de pago en línea.
Los autores del estudio sugieren que las diferencias en el comportamiento en línea entre personas con diferentes ingresos se deben a una serie de factores, entre ellos:
* Acceso a la tecnología: Las personas con ingresos más altos tienen más probabilidades de tener acceso a Internet de alta velocidad y a múltiples dispositivos, lo que les permite pasar más tiempo en línea.
* Educación: Las personas con ingresos más altos tienen más probabilidades de tener una educación universitaria, lo que les brinda las habilidades y el conocimiento para utilizar la tecnología de manera efectiva.
* Redes sociales: Las personas con ingresos más altos tienen más probabilidades de tener amigos y familiares que también tengan un buen nivel educativo y utilicen la tecnología, lo que puede animarles a utilizar la tecnología ellos mismos.
Los hallazgos del estudio tienen implicaciones para las empresas y los responsables políticos. Las empresas deben ser conscientes de que las personas con diferentes ingresos pueden tener diferentes hábitos en línea y deben adaptar sus estrategias de marketing y publicidad en consecuencia. Los formuladores de políticas también deben ser conscientes de la brecha digital y tomar medidas para garantizar que todos tengan acceso a Internet de alta velocidad asequible.