1. Láseres como fuente de energía:si bien los láseres emiten luz que puede convertirse en energía, no son una fuente de energía primaria. No generan energía de forma independiente; en cambio, requieren un aporte de energía externa, como electricidad, para funcionar.
2. Baja producción de energía:aunque los láseres pueden producir rayos de luz intensos y enfocados, su producción de energía es limitada. La cantidad de energía que emite un láser suele ser pequeña en comparación con la energía necesaria para hacer funcionar el láser. Por tanto, son ineficientes como fuente de energía.
3. Altos costos operativos:Los láseres pueden ser costosos de construir, operar y mantener. La tecnología para construir láseres con alta potencia a menudo implica materiales y componentes complejos y costosos.
4. Aplicaciones específicas:Los láseres han encontrado aplicaciones prácticas en diversas industrias y áreas de investigación, incluidas la investigación científica, la medicina, la fabricación, las telecomunicaciones y el entretenimiento. Sin embargo, no se utilizan mucho para la producción de energía a gran escala ni como solución a la crisis energética.
5. Almacenamiento y distribución de energía:Los láseres por sí solos no abordan los desafíos del almacenamiento y distribución de energía. Para ser parte de una solución energética integral, sería necesario desarrollar métodos eficientes para almacenar y transmitir energía generada por láser a largas distancias.
6. Consideraciones ambientales:si bien los láseres no emiten contaminantes directamente, su consumo de energía puede afectar indirectamente al medio ambiente si la electricidad utilizada para alimentarlos proviene de fuentes no renovables, como los combustibles fósiles.
En resumen, si bien los láseres son herramientas fascinantes con muchos usos importantes, su papel actual en la solución de la crisis energética es limitado debido a su ineficiencia energética y su dependencia de fuentes de energía externas.