Por ejemplo, un estudio del Center for American Progress encontró que los condados que experimentaron tasas de mortalidad más altas entre 2014 y 2016 tenían más probabilidades de votar por Trump. El estudio encontró que un aumento del 1% en la tasa de mortalidad se asoció con un aumento del 0,5% en el porcentaje de votos para Trump.
Esto sugiere que las tasas de mortalidad pueden haber influido en la victoria de Trump, particularmente en los estados del Rust Belt en los que ganó por estrechos márgenes. En estos estados, las tasas de mortalidad fueron más altas que el promedio y muchas de las personas que murieron eran votantes blancos de clase trabajadora que tradicionalmente habían apoyado a candidatos demócratas.
Sin embargo, es importante señalar que este es solo un estudio y que hay otros estudios que han encontrado resultados diferentes. Además, hay muchos otros factores que podrían haber contribuido a la victoria de Trump, por lo que es difícil decir definitivamente si las tasas de mortalidad influyeron.
En general, la evidencia sugiere que las tasas de mortalidad pueden haber influido en las elecciones de 2016, pero se necesita más investigación para confirmarlo.