Estos resultados tienen implicaciones tanto para la calidad del aire como para la salud humana, ya que la actividad de los incendios forestales aumenta con el cambio climático. El ozono en la superficie es un contaminante dañino que puede causar problemas respiratorios, especialmente en poblaciones vulnerables como niños y ancianos. El ozono también es un potente gas de efecto invernadero y puede dañar cultivos y bosques.
Los investigadores descubrieron que los aumentos de ozono suelen ocurrir varios días después del inicio de un incendio forestal. Este retraso se debe a que la columna de humo necesita tiempo para viajar a favor del viento e interactuar con la luz solar. Los mayores aumentos de ozono se encuentran cerca del centro de la columna de humo, pero también se pueden encontrar aumentos significativos en los bordes.
El estudio también encontró que la cantidad de mejora del ozono depende de varios factores, incluida la cantidad de humo en la columna de humo, la altura de la columna de humo y los niveles de fondo de ozono.
"Nuestro estudio proporciona una comprensión más completa de cómo el humo de los incendios forestales afecta la producción de ozono", dijo el autor principal Xuesong Wang, científico investigador del Centro de Teledetección Ambiental de la Universidad de Albany. "Esta información es fundamental para desarrollar estrategias para mitigar los impactos de los incendios forestales en la calidad del aire".
El estudio fue publicado en la revista Atmospheric Environment.