Un nuevo estudio publicado en la revista "Nature" ofrece una posible explicación para este fenómeno. El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, encontró que los animales más grandes tienen una tasa metabólica en reposo más baja que los animales más pequeños. Esto significa que queman menos calorías en reposo.
Los investigadores creen que esta diferencia en la tasa metabólica se debe a la forma en que el tamaño corporal afecta la relación superficie-volumen de los animales. Los animales más pequeños tienen una superficie mayor en relación con su volumen, lo que significa que pierden más calor al medio ambiente. Esta pérdida de calor requiere energía para reponerse, razón por la cual los animales más pequeños tienen una tasa metabólica en reposo más alta.
Por el contrario, los animales más grandes tienen una superficie menor en relación con su volumen, lo que significa que pierden menos calor al medio ambiente. Esto les permite tener una tasa metabólica en reposo más baja y ser más eficientes energéticamente.
Los investigadores probaron su hipótesis midiendo la tasa metabólica de animales de diferentes tamaños. Descubrieron que la tasa metabólica en reposo disminuía a medida que aumentaba el tamaño corporal, lo que confirma su predicción.
Este estudio proporciona una nueva comprensión de por qué los animales más grandes son más eficientes energéticamente que los más pequeños. Muestra que la diferencia en la tasa metabólica se debe a la forma en que el tamaño corporal afecta la relación superficie-volumen de los animales.
Esta investigación podría tener implicaciones para comprender la evolución del tamaño corporal en los animales. Sugiere que un mayor tamaño corporal puede haber evolucionado como una forma de reducir las necesidades de energía. Este podría haber sido un factor importante en la evolución de animales grandes, como los dinosaurios y los elefantes.