Los investigadores arrojan luz sobre cómo el ejercicio preserva la aptitud física durante el envejecimiento
El ejercicio regular ha sido reconocido desde hace mucho tiempo por sus numerosos beneficios para la salud, incluida la preservación de la aptitud física durante el envejecimiento. Sin embargo, los mecanismos subyacentes por los cuales el ejercicio logra este efecto aún no se comprenden completamente. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) ha arrojado luz sobre estos mecanismos y ha proporcionado información valiosa sobre cómo el ejercicio contrarresta la disminución de la función física asociada con el envejecimiento. El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Metabolism, se centró en el papel de la autofagia en la mediación de la preservación de la aptitud física inducida por el ejercicio. La autofagia es un proceso celular fundamental responsable de eliminar proteínas y orgánulos dañados, manteniendo así la homeostasis celular y previniendo la acumulación de sustancias nocivas. Curiosamente, los investigadores descubrieron que el ejercicio desencadena la autofagia en el músculo esquelético, el tejido principal responsable de la aptitud física. Observaron una elevación en varias proteínas y marcadores relacionados con la autofagia en los músculos de ratones que hacían ejercicio regularmente, lo que sugiere una mayor tasa de autofagia. Además, los investigadores demostraron que estimular la autofagia mediante manipulación genética o medios farmacológicos mejoraba la condición física de los ratones. Este hallazgo resalta el papel fundamental de la autofagia en la mediación de los efectos beneficiosos del ejercicio sobre la función física. Curiosamente, el estudio también reveló una disminución en la actividad de la autofagia con la edad, lo que subraya el deterioro de este proceso celular crucial relacionado con la edad. Sin embargo, se descubrió que el ejercicio regular restablece la actividad de la autofagia, lo que sugiere que la intervención con ejercicio puede mitigar la disminución de la autofagia inducida por la edad y preservar la aptitud física. Estos hallazgos resaltan la importancia de la autofagia como mecanismo central mediante el cual el ejercicio promueve un envejecimiento saludable y preserva la aptitud física. Subrayan aún más el potencial del ejercicio como una poderosa intervención para contrarrestar la disminución de la función física asociada con el avance de la edad.