Los principales beneficios del trabajo híbrido, según lo citado por los empleadores, son una mayor flexibilidad, una mayor productividad, una reducción de costos y una mayor satisfacción de los empleados.
Sin embargo, también existen algunos desafíos asociados con el trabajo híbrido, como la necesidad de invertir en tecnología, el potencial de un mayor aislamiento y la necesidad de políticas y directrices claras para gestionar los acuerdos de trabajo híbrido.
Algunos empleadores han expresado su preocupación por la dificultad de gestionar y apoyar a los trabajadores remotos, la posibilidad de una colaboración reducida y la falta de interacción cara a cara.
Estas preocupaciones no son sólo teóricas. Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de California en Berkeley encontró que los empleados que trabajaban desde casa tenían un 20% menos de probabilidades de ser ascendidos a un puesto directivo, y que las mujeres y las personas de color se veían afectadas desproporcionadamente por esta tendencia.
A pesar de los desafíos, la encuesta encontró que la gran mayoría de los empleadores de Londres están comprometidos a hacer que el trabajo híbrido sea un éxito, y el 93% dice que confía en su capacidad para implementar el trabajo híbrido de manera efectiva.