El uso principal del combustible diesel es en los motores diesel. La invención del motor diesel se atribuye a Rudolph Diesel, que presentó la primera patente de motor diesel en 1892. Su uso de aceite de maní (en lugar de un producto derivado del petróleo) para alimentar un motor, demostrado en la feria de exposiciones de 1889 en París, podría considerarse el primer intento de un combustible biodiesel. Diesel percibió su diseño de motor como una alternativa a otros motores de la época que podría ser utilizado por el hombre común sin depender de la gran industria. Actualmente, hay dos tipos principales de combustible diésel: el combustible diesel a base de petróleo (a veces llamado petrodiesel), que se deriva del petróleo; y combustible biodiesel, hecho con materiales orgánicos como soja, desechos de matanza y maíz.
Producción de petróleo y diesel
El combustible diesel que llega al usuario final comienza su vida como petróleo crudo, el resultado de cantidades grandes y en descomposición de biomasa (vegetal y animal) combinadas con presión y calor. Una vez que se ha cosechado este aceite base, se transporta a una refinería donde se somete a tres procesos: separación, conversión y purificación. El proceso de separación ocurre en grandes torres de destilación, donde el aceite está expuesto a calor extremo, lo que hace que se separe en gases y líquidos. Los productos se separan en función de las diferencias de temperatura entre la parte inferior y superior de la torre. Los productos van desde gas propano cerca de la parte superior, diesel en el medio y lubricantes cerca del fondo. El siguiente paso en la producción de diesel es la conversión, que generalmente implica aplicar un catalizador a algunos de los aceites más pesados del proceso de separación para crear más gasolina, diesel y propano. El último paso en el proceso es la purificación, y generalmente involucra la exposición de los productos al hidrógeno y un catalizador para la eliminación de azufre.
Producción de biodiesel
El proceso de producción de biodiesel comienza con aceites vegetales o grasas (también pueden ser grasas animales) que luego se mezclan con alcohol (metanol, típicamente) y un catalizador. En general, la mezcla se calienta y hace que reaccione, transformando la grasa en glicerina y biodiesel. El exceso de metanol se elimina de ambos productos y, a menudo, se reutiliza. Tanto la glicerina como el biodiesel pueden someterse a una purificación previa a la venta, destilando este último para eliminar el color.