Aquí hay una explicación simplificada de cómo funciona un ataque DoS:
1. Preparación del atacante: El atacante identifica un objetivo vulnerable, como un sitio web, un servidor o un dispositivo de red. Pueden utilizar herramientas o scripts automatizados para lanzar el ataque.
2. Generación de tráfico: El atacante envía un gran volumen de solicitudes o paquetes de datos al sistema de destino. Este tráfico puede provenir de una única fuente (la computadora de un solo atacante) o de múltiples fuentes (una botnet, que es una red de dispositivos comprometidos).
3. Agotamiento de recursos: El tráfico excesivo abruma los recursos del sistema de destino, como el ancho de banda de la red, la memoria o la potencia de procesamiento. Los usuarios legítimos no pueden acceder al recurso de manera eficiente, lo que resulta en una denegación de servicio.
4. Interrupción del servicio: A medida que el tráfico continúa inundando el objetivo, los servicios esenciales dejan de estar disponibles. Esto puede impedir que los usuarios accedan a sitios web, envíen correos electrónicos, realicen llamadas telefónicas, procesen transacciones, etc.
5. Impacto prolongado: Los ataques DoS pueden durar unos minutos o incluso días, provocando importantes interrupciones y pérdidas financieras para empresas y organizaciones.
Los ataques DoS pueden apuntar a diferentes capas de la pila de red, como la capa de aplicación (por ejemplo, inundación HTTP), la capa de transporte (por ejemplo, inundación SYN) o la capa de red (por ejemplo, inundación ICMP). Las estrategias de mitigación incluyen limitación de velocidad, firewalls, sistemas de detección de intrusiones e infraestructura redundante.
Para protegerse contra ataques DoS, las organizaciones implementan varias medidas de seguridad, como filtrado de tráfico, equilibrio de carga, redundancia y limitación de velocidad. Además, mantenerse actualizado con parches de software y actualizaciones de seguridad puede ayudar a minimizar las vulnerabilidades que explotan los atacantes.