En septiembre de 2011, el experimento OPERA del CERN anunció que había detectado neutrinos que viajaban a una velocidad superior a la de la luz. Este resultado provocó mucho entusiasmo y especulación, ya que parecía violar una de las leyes más básicas de la física. Sin embargo, una investigación más profunda reveló que los resultados se debían a un cable defectuoso, lo que había provocado que la sincronización de las mediciones de neutrinos fuera incorrecta.
El experimento OPERA utilizó un haz de neutrinos que fue enviado desde el CERN en Suiza al Laboratorio Nacional Gran Sasso en Italia. Los neutrinos fueron detectados por una serie de detectores y se midió el tiempo que tardaron en viajar entre los dos lugares. Los resultados mostraron que los neutrinos parecían viajar más rápido que la velocidad de la luz.
Sin embargo, una investigación más profunda reveló que había un problema con el cableado de los detectores. Este problema provocó que la sincronización de las mediciones de neutrinos fuera incorrecta, lo que llevó a la conclusión falsa de que los neutrinos viajaban más rápido que la velocidad de la luz.
Desde entonces, el experimento OPERA ha corregido el problema con el cableado y los resultados ahora muestran que los neutrinos viajan a la velocidad de la luz, como se esperaba.