Para el uso diario en el hogar o la oficina, las impresoras que pueden imprimir de 20 a 40 páginas por minuto se consideran rápidas. Algunas impresoras industriales pueden alcanzar velocidades de 50 a 100 páginas por minuto.
La velocidad de una impresora generalmente se mide en páginas por minuto (PPM) y se refiere a la velocidad máxima de impresión que la impresora puede alcanzar en condiciones ideales. Sin embargo, las velocidades de impresión en el mundo real pueden ser más lentas, dependiendo de varios factores, como la complejidad del documento, la configuración de calidad, la resolución y el rendimiento de la computadora o red conectada a la impresora.
A medida que la tecnología continúa avanzando, es posible que en el futuro se desarrollen impresoras aún más rápidas, pero alcanzar una velocidad de 1.000 páginas por minuto no es actualmente factible con la tecnología de impresión existente.