* punto de fusión alto: Los metales como el tungsteno tienen puntos de fusión extremadamente altos, lo que les permite soportar el intenso calor generado cuando la electricidad fluye a través de ellos. Este calor es necesario para excitar los electrones en el filamento, que luego emiten luz.
* Buena conductividad eléctrica: Los metales realizan bien electricidad, lo que permite que la corriente fluya fácilmente a través del filamento. Esto asegura que se entregue suficiente energía al filamento para producir luz.
* Ductilidad: Los metales se dibujan fácilmente en cables delgados, lo que permite crear un filamento con la forma y el tamaño correctos para una emisión de luz óptima.
* Reactividad relativamente baja: Muchos metales son estables a altas temperaturas y no reaccionan fácilmente con el oxígeno, lo que haría que el filamento se degrade y se rompa. El tungsteno, por ejemplo, forma una capa protectora de óxido que evita una mayor oxidación.
Si bien algunos otros materiales como el carbono se pueden usar en filamentos, a menudo tienen limitaciones. Por ejemplo, el carbono tiene un punto de fusión más bajo que el tungsteno, lo que lo hace menos duradero a altas temperaturas.
En resumen, la combinación de alto punto de fusión, buena conductividad, ductilidad y reactividad relativamente baja hace que los metales, específicamente tungsteno, el material ideal para los filamentos de bombilla.