1. Buena conductividad térmica: Los metales como el aluminio y el acero inoxidable conducen el calor de manera eficiente. Esto significa que transfiren rápidamente el calor de la estufa a la comida que se está cocinando, asegurando incluso calentar y evitar puntos calientes.
2. punto de fusión alto: Las cacerolas necesitan resistir altas temperaturas sin derretirse o deformarse. Los metales con altos puntos de fusión, como el acero inoxidable y el cobre, pueden manejar el calor de una estufa u horno sin comprometer su integridad.