* Núcleo en el centro: Al igual que el sol, el núcleo contiene los protones y neutrones, dando al átomo su carga positiva y la mayor parte de su masa.
* Electrones en órbitas: Los electrones orbitan el núcleo en rutas circulares específicas llamadas "niveles de energía" o "conchas". Estas órbitas se cuantifican, lo que significa que los electrones solo pueden existir a ciertas distancias discretas del núcleo.
* Niveles de energía: Cada nivel de energía tiene una energía específica asociada con él. Los electrones en niveles de energía más altos están más lejos del núcleo y tienen más energía.
* saltos de electrones: Los electrones pueden saltar entre los niveles de energía absorbiendo o emitiendo energía. Cuando un electrón absorbe energía (por ejemplo, de la luz), se mueve a un nivel de energía más alto. Cuando pierde energía (por ejemplo, emitiendo luz), se mueve a un nivel de energía más bajo.
Aquí hay una manera simple de visualizarlo:
Imagine un pequeño sol en el centro, que representa el núcleo. Luego, imagine planetas que orbitan este sol a distancias específicas y fijas. Estos planetas representan los electrones que orbitan el núcleo en sus respectivos niveles de energía.
Limitaciones del modelo de Bohr:
Si bien el modelo de Bohr fue un paso significativo para comprender la estructura atómica, tiene algunas limitaciones:
* rutas de electrones incorrectas: Los electrones en realidad no orbitan el núcleo en caminos perfectamente circulares. Su movimiento es más complejo y descrito por nubes de probabilidad.
* falla para átomos más grandes: El modelo de Bohr funciona bien para el hidrógeno, pero no predice con precisión el comportamiento de los electrones en átomos con múltiples electrones.
Comprensión moderna del átomo:
La comprensión actual del átomo se basa en el modelo mecánico cuántico, que proporciona una descripción más precisa y compleja del comportamiento de los electrones. Sin embargo, el modelo de Bohr sigue siendo una herramienta valiosa para visualizar la estructura básica del átomo.