Así es como funciona:
1. inhalación:
- El diafragma, un músculo grande debajo de la costilla, contrae y se aplana hacia abajo.
- Los músculos intercostales (entre las costillas) también se contraen, tirando de las costillas hacia arriba y hacia afuera.
- Esta acción combinada aumenta el volumen de la cavidad torácica.
- Este aumento en el volumen crea una presión más baja dentro de los pulmones en comparación con la atmósfera, lo que hace que el aire fluya hacia los pulmones a través de la tráquea y los bronquios.
2. Exhalación:
- El diafragma se relaja, volviendo a su forma de domo.
- Los músculos intercostales se relajan, permitiendo que las costillas se muevan hacia abajo y hacia adentro.
- Estos movimientos disminuyen el volumen de la cavidad torácica, aumentando la presión dentro de los pulmones.
- Esta mayor presión obliga al aire a salir de los pulmones a través de las mismas vías.
El papel de la caja torácica es esencial porque:
* proporciona soporte estructural para los pulmones: La costilla actúa como una jaula protectora, evitando que los pulmones se derrumben.
* permite cambios de volumen: La naturaleza flexible de la caja torácica, junto con los movimientos del diafragma y los músculos intercostales, permite cambios eficientes en el volumen de la cavidad torácica, lo que impulsa el flujo de aire dentro y fuera de los pulmones.
El intercambio de gases en sí ocurre en los alvéolos , pequeños sacos de aire dentro de los pulmones. El oxígeno del aire inhalado se difunde a través de las paredes delgadas de los alvéolos en el torrente sanguíneo, mientras que el dióxido de carbono de la sangre se difunde en los alvéolos a exhalar.
En resumen, la caja torácica, junto con el diafragma y los músculos intercostales, crea los gradientes de presión necesarios y los cambios de volumen para la respiración, lo que finalmente permite un intercambio de gases eficiente en los pulmones.