1. Comportamiento semiconductor: Esta es posiblemente la propiedad más definitoria de los metaloides. Tienen una conductividad eléctrica que cae entre los metales (alta conductividad) y los no metales (baja conductividad). Su conductividad también puede ser manipulada por factores como la temperatura o la adición de impurezas, haciéndolos cruciales para la electrónica.
2. Lustre metálico: Los metaloides a menudo exhiben un brillo o brillo metálico, similar a los metales. Esto se debe a su capacidad para reflejar la luz, aunque pueden no ser tan brillantes como los metales verdaderos.
3. Reactividad química variable: Los metaloides pueden actuar como metales y no metales en reacciones químicas, exhibiendo diversos grados de reactividad dependiendo del elemento específico y las condiciones de reacción. Por ejemplo, pueden formar compuestos iónicos y covalentes.
Es importante tener en cuenta que los metaloides a menudo tienen otras propiedades que contribuyen a su naturaleza única. Por ejemplo, pueden ser frágiles y tienen un punto de fusión relativamente alto, similar a los metales.
Si bien los metaloides comparten estas características, también es crucial recordar que cada metaloide tiene su propio conjunto único de propiedades.