1. Glucosa (carbohidratos)
* Primera opción: La glucosa es la fuente de combustible principal del cuerpo y está fácilmente disponible de los carbohidratos que consumimos.
* Por qué se prefiere: La glucosa se puede descomponer fácilmente para la producción de energía inmediata.
2. Grasas (lípidos)
* Segunda opción: Cuando se agota la glucosa, el cuerpo se gira a grasas almacenadas para obtener energía.
* Por qué se usa a continuación: Las grasas son una fuente de energía más concentrada que los carbohidratos, proporcionando más energía por gramo.
* Proceso: La grasa se descompone en ácidos grasos y glicerol. Luego se usan para producir ATP (moneda de energía de la célula).
3. Proteínas (aminoácidos)
* Último recurso: Las proteínas solo se usan para la energía en circunstancias extremas como el hambre prolongada o el ejercicio muy intenso.
* Por qué es un último recurso: Las proteínas son cruciales para construir y reparar tejidos, por lo que el cuerpo evita usarlas como combustible siempre que sea posible.
* Proceso: Las proteínas se descomponen en aminoácidos, que se pueden convertir en glucosa a través de un proceso llamado gluconeogénesis.
Notas importantes:
* Interdependencia: El cuerpo no usa exclusivamente una fuente de combustible a la vez. Los tres (glucosa, grasa y proteínas) contribuyen a la producción de energía, y su uso relativo depende de factores como la ingesta dietética, el nivel de actividad y las señales hormonales.
* Almacenamiento de glucógeno: El cuerpo almacena glucosa como glucógeno en el hígado y los músculos. Esta reserva de glucógeno se puede usar para ráfagas cortas de energía.
* Flexibilidad metabólica: Nuestros cuerpos son sorprendentemente adaptables. Podemos entrenarnos para usar la grasa de manera más eficiente para obtener energía, especialmente durante el ejercicio.
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