Por ejemplo, cuando el agua de mar se evapora, la concentración de sal aumenta hasta llegar al punto en que precipita de la solución, formando cristales de sal. De manera similar, cuando el magma se enfría, la solubilidad de minerales como el cuarzo y el feldespato disminuye, lo que hace que precipiten del magma y formen cristales.
La temperatura y concentración a la que precipitan los minerales pueden variar según el mineral específico y la composición del líquido. Algunos minerales, como la halita (NaCl), son relativamente solubles y precipitarán a temperaturas y concentraciones relativamente bajas, mientras que otros, como el cuarzo (SiO2), son menos solubles y sólo precipitarán a temperaturas y concentraciones altas.
La precipitación de minerales puede ser un proceso importante en la formación de rocas y minerales. Por ejemplo, la precipitación de calcita (CaCO3) del agua de mar puede dar lugar a la formación de piedra caliza, mientras que la precipitación de cuarzo y feldespato del magma puede dar lugar a la formación de granito.