Los lavabos de cal son destructivos. Forman sumideros que provocan el colapso de la superficie del suelo, provocando daños a la propiedad y la infraestructura, e incluso la pérdida de vidas. La erosión causada por el agua que se filtra en el suelo también provoca el agrandamiento de las juntas y grietas presentes en la piedra caliza, debilitando aún más el lecho de roca y provocando inestabilidad del terreno.