La flotabilidad es el resultado de la diferencia de presión entre la parte superior e inferior de un objeto sumergido en un fluido. La presión en la parte inferior del objeto es mayor que la presión en la parte superior y esta diferencia de presión crea una fuerza hacia arriba. La magnitud de la fuerza de flotación es igual al peso del fluido desplazado por el objeto.
La densidad es una medida de qué tan juntas están las moléculas de una sustancia. Cuanto más juntas estén las moléculas, mayor será la densidad. La densidad se ve afectada tanto por la temperatura como por la presión. A medida que aumenta la temperatura, las moléculas de una sustancia se mueven más rápido y se dispersan, lo que hace que disminuya la densidad. A medida que aumenta la presión, las moléculas de una sustancia se acercan más, lo que hace que aumente la densidad.
La flotabilidad y la densidad están relacionadas en que un objeto con mayor densidad experimentará menos flotabilidad que un objeto con menor densidad. Esto se debe a que un objeto con mayor densidad desplaza menos fluido y, por lo tanto, experimenta una fuerza de flotación menor.
En resumen, la flotabilidad es la fuerza ascendente que ejerce un fluido sobre un objeto sumergido en él, mientras que la densidad es la masa por unidad de volumen de una sustancia. La flotabilidad y la densidad están relacionadas en que un objeto con mayor densidad experimentará menos flotabilidad que un objeto con menor densidad.