Los jabones no tienen una sustancia química específica que sea responsable de su olor. El aroma de los jabones proviene de la fragancia o de los aceites esenciales que se les añaden durante el proceso de fabricación. Estas fragancias pueden ser naturales o sintéticas y pueden variar ampliamente según el uso previsto del jabón y las preferencias del fabricante. Algunas fragancias comunes utilizadas en los jabones incluyen lavanda, menta, cítricos y vainilla.